Resulta que los productos enriquecidos con proteínas no son saludables. Muchos alimentos procesados que reclaman un alto contenido en proteínas tienen la apariencia de ser más sanos, pero pecan en otros aspectos, como de tener demasiadas grasas y azúcares. La prioridad, apuntan las expertas, debe ser siempre tomar alimentos naturales.
Nuestra dieta es baja en cereales integrales y nos podríamos beneficiar mucho de aumentar su consumo. La avena es uno de ellos y supone una alternativa que añade variedad a nuestra alimentación. Pero, ¿es la avena mejor que otros cereales?
Podemos hacer mucho para reducir el riesgo de que nuestro corazón enferme. Mejorar nuestra alimentación es fundamental y para ello debemos centrarnos en alimentos naturales como los cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, frutos secos y, como principal grasa, el aceite de oliva virgen.
La ganadería y la agricultura se enfrentan a múltiples desafíos en Europa. Para abordarlos, se están promoviendo medidas basadas en dietas más saludables, adopción de prácticas para la gestión del estiércol, reducción de fertilizantes, pesticidas y gestión de la tierra.
Para elegir bien, debemos mirar la tabla de nutrientes y el listado de ingredientes. Nos tenemos que fijar en la cantidad de grasa y azúcares por cada 100 gramos de yogur. Lo recomendable es que ninguno de los dos sea mayor de 5 gramos.
La energía no es el aspecto que más nos tiene que preocupar. La recomendación para elegir qué compramos es siempre leer los ingredientes y la información nutricional.
Pan, pero integral. Fruta, pero no en forma de zumo. Lácteos, pero sin azúcar. Repasamos algunas claves aportadas por expertas y expertos en nutrición y alimentos de la UMH.
“Sin azúcares añadidos” o “cero” suelen ser reclamos habituales en los refrescos. A pesar de no tener azúcar, siguen siendo dulces y, además, apenas aportan calorías. Parece la receta perfecta… o no.