El microbioma intestinal influye en la capacidad de adaptación de los animales a cambios ambientales.
Esto puede mejorar el bienestar animal y la sostenibilidad en la ganadería.
Cabe preguntarse si sería factible guardar una muestra de heces de cuando somos jóvenes y utilizarla más adelante en nuestra vida para así curar posibles infecciones intestinales o incluso rejuvenecer.
La mayoría de estudios biomédicos se centran en la enfermedad, en la disfunción, en observar qué pasa cuando algo va mal en nuestro cuerpo. ¿Y si estudiáramos las enfermedades analizando por qué y cómo algunos individuos parecen inmunes a ciertas patologías?