Un hashtag no es un diagnóstico
La catedrática de Tratamiento Psicológico de la UMH Mireia Orgilés Amorós nos explica las luces y las sombras de la visibilidad de la salud mental en redes sociales
‘¿Tienes TDAH? Descubre 5 señales clave y cómo detectarlo’, ‘Cómo identificar a una persona depresiva’ o ‘TLP: Comprendiendo el Trastorno Límite de Personalidad’ son títulos de vídeos sobre salud mental que abundan en las redes sociales. A menudo, nos animan a valorar nuestros comportamientos o sentimientos con simplificaciones de condiciones psicológicas muy complejas: “baja un dedo si en este momento solo hay una cosa que te apetezca hacer, baja un dedo si tú eres capaz de entender tu desorden”. Supuestos síntomas que se anuncian como suficientes para comprobar que tenemos un trastorno por déficit de atención con hiperactividad o TDAH. ¿En cuántos vídeos de ‘bajo un dedo si…’ te has parado? ¿Alguno te ha hecho pensar que tienes ansiedad o algún otro problema psicológico? Ver un vídeo que enumera síntomas y pensar “Soy yo, literal” es un autodiagnóstico. La catedrática de Tratamiento Psicológico en la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) Mireia Orgilés Amorós nos explica cómo es realmente el diagnóstico clínico del TDAH y la diferencia entre buscar ayuda de personas expertas o poner nuestra salud mental en manos de TikTok.
Qué es el autodiagnóstico en salud mental

El autodiagnóstico sucede cuando interpretamos información sobre síntomas que creemos tener y concluimos, por nosotros mismos sin ayuda profesional, que sufrimos una enfermedad o un problema de salud. “Sin embargo, identificar un trastorno y encontrar la estrategia adecuada para cada persona necesita un proceso largo y detallado”, explica la experta de la UMH Mireia Orgilés.
Según Orgilés, es positivo tomarse un momento para reflexionar sobre nuestra salud mental, así como sobre nuestras fortalezas y dificultades emocionales y cognitivas: “Si una persona siente que puede tener un problema, muchas veces comenzará a buscar información por su cuenta a través de canales que ofrecen respuestas rápidas, como las redes sociales”.
Si buscamos en TikTok “¿Qué es TDAH?”, uno de los primeros vídeos que encontramos, con más de 20.000 me gusta, se titula ‘5 señales de que tienes TDAH/ADHD’. En este vídeo de 35 segundos, perder objetos e interrumpir a otros mientras hablan se presentan como síntomas de tener este trastorno. En otro vídeo, con más de 105.000 me gusta, titulado ‘Así se ve el TDAH en adultos’, comprar compulsivamente, la impaciencia y “sentirse raro” en lugares sociales -sin más detalle- son tres de los ocho síntomas que se presentan en 40 segundos para saber si tienes TDAH o no. Este tipo de vídeos recogen diferentes comportamientos e incluso tics con los que muchas personas se sentirían identificados, pero están simplificando, en menos de un minuto, un procedimiento de diagnóstico mucho más largo y complejo.
El diagnóstico clínico del TDAH
Pero, ¿cuánto puede durar el proceso de diagnóstico clínico del TDAH? Según la catedrática de Tratamiento Psicológico de la UMH Mireia Orgilés “es un proceso largo, que puede durar aproximadamente cuatro sesiones, aunque depende de la persona y de su capacidad cognitiva, entre otros factores”. El diagnóstico del TDAH requiere un proceso exhaustivo de evaluación que comienza con entrevistas clínicas y cuenta con cuestionarios y pruebas estandarizadas que ayudan a determinar si el diagnóstico es positivo o no. Durante la entrevista clínica, se obtiene información sobre el desarrollo evolutivo de la persona y se exploran los síntomas propios del TDAH, como la falta de atención, la hiperactividad o la impulsividad. Asimismo, se aplican pruebas para evaluar su rendimiento cognitivo y sus funciones ejecutivas. Según explica Orgilés, a lo largo del proceso se cuenta también con la participación del entorno del paciente.
Toda la información que se ha recogido a lo largo del diagnóstico se complementa con aquello que ha observado el terapeuta durante las sesiones. A continuación, tal como explica la catedrática de la UMH, se valora todo aquello que se ha recopilado, y se interpreta según los criterios diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés). Este proceso culmina en un diagnóstico final, cuando se puede determinar si el paciente cumple los criterios.
Un proceso estandarizado
Tal como explica Orgilés, los profesionales de la salud mental utilizan un manual estandarizado que “recoge una clasificación de los diferentes trastornos basada en criterios clínicos” y que “unifica el lenguaje utilizado para interpretar los síntomas y diagnosticar un trastorno”. El Manual diagnóstico describe cada trastorno reconocido, sus síntomas, la duración mínima que deben tener, el diagnóstico diferencial con otros problemas y la interferencia que el problema supone en la vida de la persona; entre otras cosas. Además, es un manual que se revisa periódicamente, cada cinco o siete años.
Así pues, podemos ver cómo los creadores de contenido simplifican en vídeos de menos de un minuto un proceso largo y complejo. Aunque es muy importante conocer los diferentes problemas mentales que existen y no considerarlos un tabú, en estos vídeos, por ejemplo, no se tiene en cuenta si se trata de un problema psicológico reconocido por la comunidad profesional o si los síntomas son exclusivos de un problema o comunes de varios. Por eso es importante recurrir a los profesionales de la salud mental en caso de sospechar que tenemos un problema psicológico y, de esta manera, contar con el apoyo y las herramientas correctas para poder hacerle frente, en caso de ser necesario.
¿Reconocerías trastornos falsos relacionados con la salud mental?
El DSM-5 es un manual que recoge una clasificación de los diferentes trastornos basada en criterios clínicos. Además, según la catedrática de la UMH Mireia Orgilés, el DSM-5: “Unifica el lenguaje utilizado para interpretar los síntomas y diagnosticar un trastorno. Este manual describe, entre otras cosas, sus síntomas de cada trastorno reconocido, la duración mínima que deben tener estos, el diagnóstico diferencial con otros problemas y la interferencia que el problema debe tener en la vida de la persona”. Algunas de las condiciones de las que se habla en redes sociales están reconocidas en este estándar y otras no.

Ansiedad matemática
La ansiedad matemática se define como un sentimiento negativo que sienten las personas que se bloquean a la hora de enfrentarse a los cálculos matemáticos y a su enseñanza. Como tal no está reconocida el DSM-5. Sin embargo, el concepto ‘ansiedad matemática’ puede estar haciendo referencia a las matemáticas como detonante de la ansiedad, por sentirse poco competente para poder hacer frente a ejercicios o actividades matemáticas..
Mutismo selectivo
Cuando a una persona le cuesta mucho hablar en sitios como el colegio o en eventos públicos, pero en otros es una persona sin esta dificultad, se dice que puede tener mutismo selectivo. Según el manual DSM-5, el mutismo selectivo es un trastorno, dentro de la categoría de trastornos de ansiedad, que se da sobre todo en niños. Consiste en la incapacidad de hablar en situaciones específicas mientras que en otras situaciones la persona en cuestión no tiene ningún problema para expresarse con comodidad. El mutismo selectivo puede tratarse mediante terapia cognitivo-conductual, terapia del habla y del lenguaje o terapia familiar.
Persona altamente sensible
Algunas personas experimentan el mundo con mayor intensidad, de manera que se saturan fácilmente con estímulos tanto internos como externos. La empatía, la introspección y la necesidad de soledad son síntomas comunes en personas altamente sensibles. Ser una persona altamente sensible (PAS) no está recogido en el manual DSM-5 como un problema psicológico. Sin embargo, la psicóloga Elaine Aron acuñó el término PAS para definir a las personas que procesan la información de su alrededor de manera profunda, tiene respuestas emocionales intensas y rápidas, tienen una alta sensibilidad a estímulos como las luces o los ruidos y suelen sentirse sobre estimuladas en entornos muy intensos.
Déficit de dopamina
Hay personas que no tienen ganas de hacer alguna actividad que de normal les apetece. Puede que tengan déficit de dopamina, ya que este neurotransmisor tiene un papel clave en el estado de ánimo de las personas. Efectivamente, la dopamina es un neurotransmisor que ayuda al cerebro a controlar las funciones motrices y el movimiento y, posiblemente, realizar otras funciones relacionadas con el estado de ánimo. Es cierto que la dopamina juega un papel en la motivación y el placer, sin embargo, este déficit no está reconocido por la comunidad profesional. En redes sociales se relaciona la falta de motivación o de energía con este déficit, lo que supone una simplificación errónea de la intervención de estos neurotransmisores en nuestro estado de ánimo.
Trastorno límite de la personalidad
Se duce que si una persona es impulsiva y a la vez le cuesta mantener relaciones o vínculos con otras personas, puede que tenga un trastorno límite de la personalidad, una patología que afecta a la manera en que las personas piensan, sienten y se relacionan. Según el DSM-5, el trastorno límite de la personalidad (TLP) se caracteriza por la inestabilidad emocional, por tener relaciones intensas y conflictivas, la impulsividad y tener una imagen inestable de uno mismo. Algunos síntomas de las personas con TLP son el miedo extremo al abandono, real o imaginado, una autoimagen inestable o unos cambios de humor intensos y rápidos. Algunos de los tratamientos para este trastorno son la terapia dialéctico-conductual o la terapia cognitivo-conductual.
Síndrome del personaje principal
Hay personas que tienen la sensación de que todo lo que ocurre está relacionado con ellos mismos. Puede que crean que la vida está narrada con ellos como eje principal de la historia o que les dé igual cómo vestirse porque son el main character de la historia, estas personas puede que padezcan el síndrome de la persona o personaje principal. Aunque haya muchas personas que actúan como si fuesen el main character del mundo, este síndrome no está incluido en la literatura psicológica clínica. Se trata de un concepto popularizado en redes sociales. Sin embargo, algunos rasgos que describen este ‘síndrome’ están relacionados con el trastorno narcisista de la personalidad, cuando hay una necesidad extrema de admiración y una falta de empatía altas; el trastorno histriónico de la personalidad, cuando la persona busca excesiva atención; o el trastorno esquizotípico de la personalidad, cuando la persona tiene creencias extrañas o pensamiento mágico extremo.
Trastorno de despersonalización-desrealización
Al contrario de lo que pasa con el síndrome de la persona principal, hay quienes se sienten desconectados de su propio ser o de su entorno. Se trata de personas que se sienten ajenos a aquello que pasa en su vida, como si fuesen meros observadores de los sucesos. El trastorno de despersonalización-desrealización sí está reconocido por el manual y consiste en la experimentación de forma recurrente e intensa de una sensación de desconexión de sí mismo o del entorno, con el sentimiento de ser un observador ajeno de su vida o de estar separado de su entorno.
Hiperempatía
La hiperempatía es cuando una persona tiene la capacidad excesiva para sentir y experimentar las emociones de los demás, llegando hasta a sentir su dolor como propio. Estas personas hiperempáticas suelen tener dificultad a la hora de poner límites con los sentimientos de las demás personas. El trastorno de hiperempatía se puede considerar un rasgo psicológico. Estas personas sienten las emociones de los demás de forma muy intensa, de modo que lo que le ocurra a los demás puede afectarles a ellas de forma negativa. Sin embargo, no es un problema psicológico reconocido.